Estamos ya en la segunda semana de práctica tras las vacaciones, y continuamos con el plan previsto para recuperar la forma tras el verano.
De forma general, el verano aumenta la energía de los practicantes y hace que la temporada se inicie con ganas de dar el cien por cien. Bien encauzada, esta deber ser la actitud que nos acompañe, pero no debemos olvidarnos de caminar paso a paso, recibiendo los resultados de forma progresiva, a su tiempo. El libro del Tao y la virtud, que se atribuye al sabio Lao Tse, avisa que llenar un cuenco hasta el borde lo hará rebosar, y que afilar un cuchillo continuamente lo hará romo. Así, debemos usar la práctica del Uechi-ryu como camino de conocimiento, averiguando donde están nuestros límites. La práctica nos permitirá conocernos, y este conocimiento avanzar en la práctica.
Cuando uno se limita a entrenar, los resultados llegan por sí solos, y a veces es necesario sentarse paciente para que el mundo se ordene por sí mismo. Por esto, y para que nos acompañen durante los próximos meses, propongo a los alumnos recordar estas palabras, también atribuidas a Lao Tse, como guía en nuestro camino:
“…cautelosos
Como quien cruza un arroyo helado;
Alertas, como un guerrero en territorio enemigo;
Atentos, como un huésped;
Fluidos, como el hielo derritiéndose;
Modelables, como un leño.
Receptivos, como un valle.
Claros, como un vaso de agua…”