Ayer realizaba el examen práctico el grupo al que he estado instruyendo este último curso en el IVASPE.
Como en la anterior ocasión, el examen ha vuelto a sorprenderme gratamente y los alumnos no solo han aprendido los bloques técnicos que había desarrollado, si no que la práctica libre de detención y engrilletamiento fue en la mayoría de los casos digna de haber sido inmortalizada.
Mi objetivo principal, la adaptación del alumno a las circunstancias cambiantes, junto con la asimilación técnica, se ha visto satisfecho, y me alegró ver la improvisación y resolución del caso en algún pequeño contratiempo, por otra parte normal en la crudeza del "directo".
Los alumnos han contado con diferentes dificultades, y las pocas horas de curso hacen muy difícil la asimilación perfecta, pero el ritmo de trabajo ha sido alto, y ellos mismos se han marcado una fuerte intensidad que llegaba a sorprender en algunos casos, sobretodo viniendo de agentes con escasa o nula formación marcial.
Vuelvo a estar contento con el resultado, y creo que se ha dado el primer paso de un largo camino, donde espero que la formación individual pueda continuar en sus respectivos destinos.