Esta tarde, y sin tenerlo previsto, las altas temperaturas me han ayudado a centrar el entrenamiento en el estado de Suki, concretamente en el que se produce en el momento de la inspiración.
Pienso que es muy provechoso trabajar Sanchin justo después de una sesión de entrenamiento físico intenso. Sin desmerecer el beneficio de la práctica a primera hora, con la calma de la mañana, y que aporta una reserva de energía para el resto del día.
Hoy la sesión de carrera continua, aprovechando los diferentes desniveles del parque, ha conseguido el objetivo de alterar mi respiración y me ha hecho pensar sobre las palabras del maestro Taisen Deshimaru, recogidas en el libro recopilatorio de Kusen “Zen y Artes Marciales”, sobre los diferentes Suki.
En la obra, durante una de las enseñanzas orales, y mientras respondía a las preguntas que le presentaba el entrevistador, el maestro Deshimaru dice: “La inspiración es un gran Suki, una gran oportunidad.”
El calor y las dificultades para la respiración, creadas intencionadamente, me han ayudado a prestar la atención que se merece a este “descuido”, mientras practicaba Sanchin, que nuestro estilo cuida de forma especial con su estudiada y característica respiración.
Pienso que es muy provechoso trabajar Sanchin justo después de una sesión de entrenamiento físico intenso. Sin desmerecer el beneficio de la práctica a primera hora, con la calma de la mañana, y que aporta una reserva de energía para el resto del día.
Hoy la sesión de carrera continua, aprovechando los diferentes desniveles del parque, ha conseguido el objetivo de alterar mi respiración y me ha hecho pensar sobre las palabras del maestro Taisen Deshimaru, recogidas en el libro recopilatorio de Kusen “Zen y Artes Marciales”, sobre los diferentes Suki.
En la obra, durante una de las enseñanzas orales, y mientras respondía a las preguntas que le presentaba el entrevistador, el maestro Deshimaru dice: “La inspiración es un gran Suki, una gran oportunidad.”
El calor y las dificultades para la respiración, creadas intencionadamente, me han ayudado a prestar la atención que se merece a este “descuido”, mientras practicaba Sanchin, que nuestro estilo cuida de forma especial con su estudiada y característica respiración.
Más tarde, terminadas las obligatorias ejecuciones de Sanchin, he dedicado la sesión a la rutina de Kata, y he finalizado estirando con los Makko Ho, donde uno puede darse cuenta de las tensiones y bloqueos que se acumulan. Ha sido entonces cuando mi gato, Uechi, que ha demostrado durante sus tres años ser mi más ferviente seguidor, ha venido, como de costumbre, a estirarse junto a mí en la esterilla que uso para no empapar el suelo de sudor.
Deshimaru habla también, en el libro, de la enseñanza de los gatos que querían cazar a una enorme rata, de todos los que lo intentan es un gato de apariencia mediocre, que duerme todo el día, y que parece ser indiferente a todo lo que le rodea el que acaba matando a la rata.
Uechi me hace pensar a menudo en esta historia. Siempre en calma exterior, no es fácil encontrarle en un descuido.