Esta mañana he finalizado los exámenes de MTC. Es curioso, hace exactamente una semana asistía a un taller de Auriculoterapia, o Acupuntura Auricular, en el cual, además de repasar algunos conceptos y técnicas, se mostraban recetas de la sabiduría popular china para diferentes dolencias que, según nos explicaba el profesor, habían sido recopiladas por el Dr. Hailiang Ma Saebe. Entre la materia facilitada se indicaba una fórmula de punciones para la preparación de pruebas o exámenes, pero ya se sabe: “en casa de herrero cuchara de palo”. Finalmente no la he probado en mis carnes, aunque puedo decir en mi defensa que no es fácil localizar el punto reactivo y puntuarlo en la oreja de uno mismo.
Aún sin aplicar la fórmula, confío en haber superado las pruebas, de momento ya he seguido parte del ritual después de todo examen. Un buen almuerzo con los compañeros, la toma de decisión de los próximos libros que me voy a regalar si finalmente el resultado es satisfactorio, y visita al restaurante de mi amigo Hai para comer uno de los mejores sashimi de Valencia.
Aún sin aplicar la fórmula, confío en haber superado las pruebas, de momento ya he seguido parte del ritual después de todo examen. Un buen almuerzo con los compañeros, la toma de decisión de los próximos libros que me voy a regalar si finalmente el resultado es satisfactorio, y visita al restaurante de mi amigo Hai para comer uno de los mejores sashimi de Valencia.
Durante nuestra estancia he podido hablar con Zhongtan, que me ha confirmado que continúa con la práctica de Sanchin y el acondicionamiento corporal, a pesar de encontrarse las clases formales en período vacacional hasta septiembre. Digo las clases formales porque el entrenamiento individual continúa, y el Dojo tiene abiertas sus puertas para los practicantes que deseen realizarlo en sus instalaciones.
Después de la comida hemos tomado juntos, como de costumbre, té de Fujien y nos hemos despedido hasta mi regreso de “la isla tranquila”.
Mañana ultimaré los preparativos y el lunes saldremos hacia Mallorca, donde espero poder descansar unos días, visitar a algún amigo y, como no, practicar Sanchin al amanecer en Cala Ratjada.
Casi se me olvida, además de hacer todo esto, no debo dejar de llamar a mi buen amigo y Sempai Fito para explicarle con todo detalle la playa en la que estoy descansando, lo cerca que estoy del mar, y la bebida que estaré degustando en ese momento. Me ha dicho esta tarde que, si me atrevo a hacerlo, tomará especial interés en nuestra próxima práctica de Kotegitae. ¿Realmente se dará cuenta que eso es como poner un caramelo a la puerta de un colegio?
Se hace tarde y mañana a primera hora debo practicar.
Recibid un saludo.