El pasado Koushukai celebrado en Fuenlabrada e impartido por Kuno Shihan, contó con dos representantes del Shibu Dojo Valencia. David y Sergi no solo asitieron al evento sino que rindieron exámen de Kyu el domingo superando la prueba con éxito.
Ayer, tal y como le había pedido a David, recibí la crónica del evento para su publicación en el blog. Además, y resultando una grata sorpresa, me había preparado punto por punto todas las explicaciones de Shihan durante el seminario y cada uno de los trabajos que se realizaron, un trabajo que guardo ya como un bien preciado después de haberlo estudiado.
Como no podía ser de otra forma aquí está la crónica de manos de David Dufour:
Crónica del seminario de Uechi Ryu en Fuenlabrada del 12 y 13 de Marzo 2011
El sábado 12, tras un viaje a 110 Km/h por la A-3 amenizado por unas cuantas horas de charla sobre artes marciales y de repaso de teoría de Uechi Ryu, llegamos al hotel NH en Fuenlabrada. El maestro Kuno se alojaba en el mismo hotel y casualmente llegó al mismo tiempo que nosotros. Seguidamente nos dirigimos al colegio donde se iba a realizar el curso. Ahí conocimos a los practicantes de Uechi Ryu de Madrid y alrededores, lo cuales de inmediato se presentaron y nos hicieron sentir como en casa.
El colegio tiene un pabellón deportivo con un tatami de 200 metros cuadrados, ideal para dar cabida al gran número de participantes. En esta se sesión se nos hizo trabajar algo de bloqueos frente a patadas para pasar posteriormente a realizar unos ejercicios para desarrollar la sensibilidad a la energía, a través de las manos principalmente. El maestro nos explicó cómo utilizar esa sensibilidad para mantener la distancia con el compañero y detectar cuando hemos entrado en la “zona de peligro” en la cual ya hay que atacar. Todo esto sirvió para realizar un kyu kumite con un sabor muy distinto al habitual.
Por la noche, los compañeros de Uechi Ryu Madrid nos llevaron a Pata de Palo, un lugar de copas y de cena tipo tapeo que no tenía desperdicio, ya que imita el interior de un velero de época. El interior del lugar estaba hecho de madera, con una chimenea al fondo. Incluso olía a madera. La cena fue una excusa perfecta para conocer mejor a nuestros esforzados compañeros de Madrid, y para conversar largamente sobre la sesión y sobre otras batallitas de Uechi.
El día siguiente empezó con la misma tónica de desarrollo de la sensibilidad energética, pero se enlazó con ejercicios de Jiyu Koubou que le dieron un sentido pragmático a lo entrenado el día anterior. En esta sesión hubo combate libre a raudales y mucho sudor y mucho esfuerzo, lo cual demostraba la excelente actitud de dedicación al entrenamiento y al trabajo duro de nuestros compañeros de Madrid. Para finalizar la clase, el maestro habló sobre el significado de lo que habíamos trabajado en estos dos días, haciéndonos ver las posibilidades de este trabajo a largo plazo, palabras que constituyeron un auténtico regalo.
Tras el curso y la comida, los integrantes de la delegación valenciana se dieron un descanso antes del examen, que prometía ser muy interesante a juzgar por los comentarios de los compañeros veteranos de Madrid. Éste tuvo lugar en el dojo Picos de Móstoles, un auténtico santuario del budo con todo tipo de herramientas antiguas de entrenamiento de Okinawa, que inspiraba a entrenar y a seguir “el camino”.
El propio examen fue una lección y una muy buena oportunidad de observar a alumnos de alto grado dando lo mejor de ellos mismos en el examen. El propio maestro nos dio una lección al comentar la diferencia entre karate tradicional y deportivo, fomentando el respeto por este último así como por otros estilos de karate, lo cual es algo esencial en aquel que quiera preciarse de ser un budoka mínimamente decente.
Tras el curso y el examen la vuelta fue relajada aunque de muy buen humor, con la promesa de realizar los ejercicios propuestos por el maestro y con el ánimo de que hay mucho trabajo por delante.