Finalizada la clase de hoy en el IVASPE estoy a tan solo unas horas de visitar de nuevo Honbu Dojo, esta vez para el Keiko Osame.
Aunque las circunstancias me impiden dar detalles sobre la práctica en el Instituto de la Generalitat, estoy realmente satisfecho con lo que acontece. Desde la Jefatura de Estudios se muestra un verdadero interés por la asignatura, y se han dado los pasos para facilitar la unidad de criterios respecto a las metodologías de los diferentes profesores seleccionados. De este modo, la unificación de ciertos criterios hace que las diferencias en el bagaje marcial de cada uno, y el estilo en concreto que se representa, no sean impedimento para el buen desarrollo del curso.
Además, he de decir que la treintena de alumnos que se encuentra bajo mi responsabilidad está respondiendo magníficamente a los requerimientos exigidos, no solo en lo que respecta a la técnica, sino también en el factor actitudinal.
Ha sido un año duro, y cada minuto me acuerdo de los pronósticos de mi amigo Jinhai al empezar el reinado del Tigre, pero bastan detalles como los de la clase de hoy para hacer que se olviden ciertas cosas.
Más tarde, y buscando otra información que me había comentado un alumno y karateka, me he reencontrado con las palabras de un amigo desde su blog. Es un amigo, y su testimonio sería desestimado por parcial si se tratara de la vista de un juicio oral, pero aún así no puedo decir que no me alegre de haberlo leído.
Al margen de la formación a los Policías, espero como siempre impaciente la llegada a Honbu Dojo, una pequeña espera me parecen años.
Aunque las circunstancias me impiden dar detalles sobre la práctica en el Instituto de la Generalitat, estoy realmente satisfecho con lo que acontece. Desde la Jefatura de Estudios se muestra un verdadero interés por la asignatura, y se han dado los pasos para facilitar la unidad de criterios respecto a las metodologías de los diferentes profesores seleccionados. De este modo, la unificación de ciertos criterios hace que las diferencias en el bagaje marcial de cada uno, y el estilo en concreto que se representa, no sean impedimento para el buen desarrollo del curso.
Además, he de decir que la treintena de alumnos que se encuentra bajo mi responsabilidad está respondiendo magníficamente a los requerimientos exigidos, no solo en lo que respecta a la técnica, sino también en el factor actitudinal.
Ha sido un año duro, y cada minuto me acuerdo de los pronósticos de mi amigo Jinhai al empezar el reinado del Tigre, pero bastan detalles como los de la clase de hoy para hacer que se olviden ciertas cosas.
Más tarde, y buscando otra información que me había comentado un alumno y karateka, me he reencontrado con las palabras de un amigo desde su blog. Es un amigo, y su testimonio sería desestimado por parcial si se tratara de la vista de un juicio oral, pero aún así no puedo decir que no me alegre de haberlo leído.
Al margen de la formación a los Policías, espero como siempre impaciente la llegada a Honbu Dojo, una pequeña espera me parecen años.